Un niño de Hertfordshire, Reino Unido, recibió un curioso regalo de su abuelo. El regalo consistía en una bolsa con un montón de monedas, con las que él jugaba a los piratas y tesoros.
Su abuelo, alguna vez viajó por el mundo, gracias a su trabajo y fue así, como logró tener una gran colección de monedas, cada una hermosa y diferente.
“Mi abuelo viajó por todo el mundo debido a su trabajo y logró coleccionar muchas monedas de todos los países que había visitado”, dijo el nieto. “Cuando era niño, me dio una bolsa de monedas para que jugara (yo estaba interesado en piratas y tesoros)… Cuando el tiempo pasó, estas monedas seguían guardadas en bolsas y cajas y las olvidé por completo, hasta que mi abuelo falleció.”
“Volví a observar las monedas, recordando todas las historias que había inventado sobre ellas cuando era pequeño, por lo que se las di a mi hijo para que jugara con ellas y las pusiera en su propia caja de tesoros. Mi hijo ha estado jugando con estas monedas como yo lo hice hace años.”
Sin embargo, resultó ser que una de las monedas sí era un verdadero tesoro. Se trataba de una moneda guinea de oro, que data de los tiempos de la Reina Anna. Cuenta la historia, que la moneda había sido incautada de un barco español por los británicos en 1702, en la bahía de Vigo. Su valor aproximado es de unos 250,000 euros (unos 280 mil dólares).
¡Qué maravilloso descubrimiento! Este abuelo, quizás nunca supo el gran regalo que le dio a su nieto, el sueño de todo niño, un verdadero tesoro.