Pocas personas saben que a finales del siglo XIX nació un niño llamado Francesco Lentini, que tenía 3 piernas. Era originario de Rosolino, Italia, y nació con un hermano siamés, cuyo cuerpo fue absorbido parcialmente por el de Frank, mientras estaba en el útero.
Lentini nació con 4 pies y 3 piernas, todas de diferente tamaño. Además, tenía 16 dedos y dos conjuntos de órganos genitales masculinos. A pesar de todas las críticas y burlas que recibió durante su niñez, él se las arregló para vencer las dificultades y aprendió a usar su naturaleza única, para entender y educar a los demás.
Cuando era apena un niño, Francesco quiso deshacerse de sus extremidades adicionales, sin embargo, los médicos le dijeron que era demasiado arriesgado, debido a la proximidad de las extremidades a su columna vertebral. Aunque Frank vivía con mucho complejo debido a su cuerpo, tuvo que aprender a aceptarlo, ya que no había otra opción.
Cuando Francesco entró a un hogar para niños discapacitados su vida y forma de enfrentar al mundo tomaron un rumbo completamente diferente. Tras un tiempo conviviendo con pequeños que sufrían de ceguera, sordera o con los que le faltaban sus extremidades, él comprendió que su malformación era en realidad un regalo de la naturaleza.
Cuando tenía solo 6 años, un hombre famoso llamado Vincenzo Magnano lo conoció y le propuso hacer una gira con su espectáculo de marionetas, llamado “Barnum and Bailey Circus”.
Frank pasó durante 20 temporadas presentándose en “Barnum and Bailey Circus”, lo cual representó 40 años de su vida. También actuó en el show “Buffalo Bill0s Wild West” y luego se animó a crear su propio espectáculo.
En su propio espectáculo él demostraba sus habilidades y permitía a los espectadores que hicieran preguntas personales. Frank no tenía nada que ocultar, su naturaleza era única y aunque era percibida por los demás como una discapacidad, se convirtió en su boleto al éxito.
En su vida personal este hombre fue muy feliz y se casó con una hermosa mujer, Theresa Murray, con quien tuvo 4 hijos. De hecho, Francesco Lentini escribió un libro sobre su vida, donde contó cómo era vivir con tres piernas. Aunque su experiencia no debe haber sido fácil, ya que el camino al éxito siempre es difícil, él fue lo suficientemente valiente como para elegir vivir una vida plena de felicidad.