Clarence Purvis tiene 93 años y ha demostrado que el amor verdadero sí existe. Y lo demuestra con su actitud. Hace 4 años que falleció su esposa Carolyn pero eso no impide que todos los días vaya a almorzar acompañado de su fotografía a su restaurante favorito.
Purvis la deja sobre la mesa para sentirse acompañado mientras almuerza. Siempre va a “Smith” que queda en Carolina del Norte, EE.UU, lugar donde siempre iba con su amada Carolyn.
Purvis afirma en una entrevista que “Nadie se ha amado tanto como lo hicimos yo y mi esposa. Yo quería lo que siempre quiso y ella igual”.
Carolyn falleció a los 81 años en 2013 en Glennville, Georgia, lugar donde conoció a Clarence cuando ambos eran unos adolescentes allá por 1948.
Ambos eran dueños de “Purvis Garage”. Tuvieron tres hijos, seis nietos y dos bisnietos. Era una mujer adorable.
Está tan enamorado de su Carolyn que maneja hasta la tumba de su esposa en el cementerio de Glennville cuatro veces al día. Además dejó la lámpara favorita de ella en la sala de estar desde que la mujer ingresó al hospital cinco meses antes de morir.
“La amo y la extraño demasiado. Quiero pensar que ella también a mí”.
Una linda historia de amor que a perdurado más allá de la muerte. Sin duda, Purivs la amó, la ama y la amará hasta sus últimos días de vida.