Quizás has pensado alguna vez que al morir todo se acaba, pero te sorprenderá saber que hay quienes creen que cuando alguien muere, no se va solo, sino que se lleva parte de tu alma para confeccionar sus alas, de esta manera logra volar junto a ti. Cuando alguien muere, se lleva tu voz y escucha con atención, así logra guiarse en su camino.
Si alguien muere, se lleva los recuerdos, porque así se ríe durante el camino para no aburrirse. Cuando alguien muere, no te deja solo, te deja parte de su alma, de esta manera sabrás que está bien.
Cuando alguien muere, no te deja solo, porque te deja su voz, de esta manera será tu conciencia. Cuando alguien muere, no te deja solo, te deja los recuerdos, así podrás reírte con él.
Algo mágico sucede cuando alguien muere, hasta un poco inexplicable, no se quiere alejar, entonces cambia de cuerpo para estar contigo. Así puedes buscar en los demás, un fragmento de él o ella. Si buscas bien, lo encontrarás; hay mucha gente que falta por conocer, muchos de ellos tendrán parte de esta persona, ábrete a gente nueva, haz más amigos, llénalos de amor, llora y ríe con ellos, que sean dos cuerpos y una sola mente.
Cuando alguien muere, no se quiere alejar. Si se te nubla la vista, es quien pasa frente a ti; cuando te dan escalofríos, es quien te abraza; cuando tienes frío por la noche, es quien te cobija; cuando tropiezas, es quien te mete el pie para reírse un poco; cuando no te puedes peinar, es quien se burla de lo mal que te ves; cuando te ríes de la nada, es quien te cuenta un chiste y ni cuenta te diste.
No te pongas triste, es difícil de entender, pero es verdad: Él o ella está mejor allá, y quien mejor para guiarte, mientras llega el momento que te toca partir, pues espera con ansias reírse a carcajadas contigo de nuevo y seguir juntos el camino.