Cuando nos mordemos las uñas no solo nos enfrentamos a un problema estético de nuestras manos, sino que además requiere de una gran fuerza de voluntad y control sobre uno mismo para dejar de hacerlo para siempre. Esto comienza a manifestarse entre los 10 y 18 años, pero puede durar toda la vida y el 50% de la población padece de este problema, en mayor parte las mujeres.
De acuerdo con un estudio, este y otros comportamientos repetitivos “centrados en el cuerpo” podrían ser una señal de algo mucho más que un temperamento nervioso o ansiedad.
Morderse las uñas puede ser un indicador de perfeccionismo, según un estudio publicado en el Diario de Terapia de Comportamiento y Psiquiatría Experimental (JBTEP, por sus siglas en inglés).
“Creemos que individuos con estos comportamientos repetitivos pueden ser perfeccionistas, significaría que son incapaces de relajarse y realizar sus tareas a un paso normal. Ellos son, por tanto, propensos a la frustración, la impaciencia e insatisfacción cuando no logran alcanzar sus objetivos”
-Doctor Kieron O’Connor, autor del estudio.
El estudio se realizó con 48 participantes con hábitos repetitivos como el morderse las uñas y debían contestar una serie de preguntas para lograr determinar su comportamiento organizacional y regulación emocional.
Aquellas personas que se mordían las uñas fueron identificadas como perfeccionistas organizacionales, este tipo de personalidad se caracteriza por la tendencia a hacer planes detallados, a sobrecargarse de trabajo y muchas veces llegar a frustrarse por no tener una actividad que realizar.
Por lo tanto morderse las uñas o tener algún otro comportamiento repetitivo similar sería solo una forma de liberar esa energía reprimida.
Quizás morderse las uñas es algo inofensivo, pero a la larga podría desencadenar infecciones y daño, como el debilitamiento de los dientes y las uñas deformes. Debido a estos riesgos, el morderse las uñas es una de las áreas líderes en la que los psicoterapeutas trabajan con sus pacientes.
“Estos descubrimientos sugieren que los individuos que sufren de comportamientos repetitivos podrían beneficiarse con tratamientos diseñados para reducir la frustración y el aburrimiento, y modificando su perfeccionismo”
-Sarah Robert, quien ayudó al autor del estudio.
- Piensas en términos de “todo o nada”, ves las cosas como blanco o negro.
- Eres muy duro contigo mismo.
- Te frustras si no logras tus metas.
- Aún cuando logras tus objetivos te sientes insatisfecho.
- No puedes empezar algo hasta que llegue “el momento perfecto”, pero quizás nunca llega.
