Hay razas de perros que han sido estereotipadas por sus apariencias o por lo que los humanos les obligan a hacer. Y precisamente por ello, muchos de ellos terminan abandonados o sacrificados por ser considerados como una amenaza: sólo debido al prejuicio. Se cree, por ejemplo, que la naturaleza de los pitbull, los doberman y los rottweiler es agresiva, pero parte importante del estereotipo está basado en la crianza para la caza y las peleas de perros.
La familia de Tracy Daniels, felizmente, no tenía esos prejuicios sobre los pitbull cuando decidieron adoptar a Ember, un achorro abandonado que recogió el refugio Adore-A-Bull. La familia había tenido un pitbull antes, y había sido una experiencia hermosa, así que no temían adoptar uno nuevo.
Al poco andar, Ember se hizo mejor amiga de Tre, el hijo de 10 años que tenía Tracy. Ambos se volvieron inseparables. Incluso, su fuerte lazo salvó la vida del niño.
Una noche, Tracy despertó con el sonido de una suerte de gruñido o una queja. Estaba dormida, así que le costó despertar y entender qué sucedía. Pronto logró distinguir a Ember a su lado, esperando su atención con muchos nervios.
Ember hizo que Tracy la siguiera por las escaleras, mientras la perrita seguía haciendo extraños ruidos que nunca le había escuchado proferir antes.