Kopral sufrió la pérdida de sus brazos en 2009 tras electrocutarse al subir a un poste de electricidad para escapar de sus captores, quienes lo tenían en una jaula como mascota desde que era una cría.
El orangután, que en ese entonces tenía solo 4 años, fue llevado a la reserva de orangutanes, pero sus brazos estaban tan gravemente quemados que los especialistas no pudieron salvarlos.
Kopral participó en un programa de rehabilitación de la Escuela Forestal, cuyo objetivo era enseñar a orangutanes a construir hogares, trepar árboles, seleccionar alimentos naturales apropiados y reconocer a los depredadores naturales.
Luego de 10 años, el orangután aprendió a trepar árboles y a buscar comida usando solo sus patas, por lo que fue trasladado a un complejo de islas en Samboja Lestari, un entorno que se asemeja a su hábitat natural.
“Fue un ‘alumno’ estrella en la Escuela Forestal, trepando árboles y construyendo nidos con sus patas y su boca”.
Portavoz de la fundación
Kopral finalmente se graduó de la Escuela Forestal de la Fundación de Supervivencia y Orangutanes de Borneo, ubicada en la provincia indonesia de Java Occidental.