El sudeste asiático ha mejorado en gran parte su economía debido a la oleada de turistas que llegan cada año, sin embargo este panorama no es tan beneficioso para los animales de la región, quienes son sometidos a duras condiciones con el fin de entretener, transportar o alimentar a los turistas.
Sambo, fue uno de los elefantes que lamentablemente estuvo toda la vida trabajando para el turismo y trágicamente murió de un ataque al corazón mientras trasladaba en su espalda a unos extranjeros en las ruinas de Angkor, con 40º de temperatura.
Sambo tenía entre 40 y 45 años y había estado caminando sin parar durante 40 minutos. Por su parte, el Manager de la Compañía de Elefante de Angkor, señaló que se encontraba muy triste con la pérdida.
Situaciones como esta suceden cada vez con más frecuencia en Camboya y Tailandia, en donde los elefantes son obligados a transportar turistas y hacer trucos con el solo objetivo de entretener a las personas que pegan por ello.
Muchos ambientalistas y animalistas hacen un llamado al turismo responsable y solicitan no asistir a las atracciones que incluyan el trabajo de animales.
Pero los elefantes no son los únicos que sufren con estas prácticas, sino que también tigres dorados para fotografías o monos heridos para trucos. Afortunadamente cada vez son más las personas que defienden las vidas de estos animales y se rehusan a participar de este show.