El cuerpo humano está compuesto por cincuenta billones de células en su totalidad, todas estas céclulas se agrupan en tejidos, y a su vez, se organizan en órganos para formar los músculos, huesos y la piel, por ejemplo. Pues bien , en esta nota vamos a dedicarle todo el crédito a nuestra piel, que representa el órgano más grande del cuerpo humano.
La piel tiene una superficie aproximada de 2 metros cuadrados y un peso de 5 kilos, nos envuelve por completo y tiene directa relación con todos los otros órganos de nuestro cuerpo, revelándonos malestares físicos e incluso problemas emocionales que puedan afectarnos. Esa es la razón de que la limpieza de este órgano sea tan importante.
Un dato que no todos manejamos es que la piel se regenera de forma constante: las células vivas pasan del fondo de la “epidermis”, que es la capa más externa de la piel, hasta la superficie, preparándose para ser retiradas y así no ser una dificultad para ti a la hora de hidratar tu piel. Por lo que una buena hidratación sucede cuando limpias muy bien tu piel. Lo que pasa si no limpias bien tu piel es que tus poros se obstruyen provocando que tu piel no pueda respirar de forma correcta y finalmente no elimine las impurezas de tu cuerpo. El resultado es picazón, poca luminosidad, sequedad, puntos negros, espinillas, o lo que es peor aún sentirte muy mal en cuanto a tu autoestima.
La limpieza nocturna no sólo remueve toda la suciedad que acumulaste durante el día, sino que además quita el estrés y malestar diario; es un minuto de relajo así que has ese ritual. La limpieza matutina es incluso más importante, esto debido a que en el transcurso de la noche aumenta la secreción de grasa y eliminación de toxinas.
Para terminar, nos queda algo muy claro y es que el cuidado y la limpieza de la piel, además de ser de suma importancia, nos permite lucir mucho más seguras.