Hasta ahora cada mujer tenía que tener un hombre “guardián” que decidía todo por ella, incluso donde debía vivir, pero ahora se ha dado un gran paso a favor de los derechos femeninos.
En Arabia Saudita la posición de la mujer está subyugada a la de un hombre debido a motivos culturales y religiosos, pero ahora las autoridades han permitido que las mujeres puedan vivir solas sin necesidad del permiso de su padre o de su “guardián” masculino.
Esta medida ha podido realizarse gracias a una modificación legal que fue aprobada por la corona del lugar, por lo que las mujeres podrán vivir desde ahora en un lugar diferente al de su padre o tutor masculino, según indica The Gulf News.
“Una mujer adulta tiene el derecho a elegir dónde vivir. El guardián de una mujer puede reportarla únicamente si tiene evidencia que pruebe que ella cometió un crimen”, indica la medida que complementa un decreto que fue aprobado el año 2019 donde se permite a las mujeres poder viajar fuera del país sin la aprobación de su guardián, luego de que varias mujeres saudíes intentaran fallidamente escapar de sus tutores.
El modelo de los guardianes
Bajo la protección de los guardianes, las mujeres se consideran menores de edad y por eso un hombre debe estar a su cargo para tomar las decisiones de ellas. Generalmente el guardián es el padre, esposo e incluso un hijo.
En esta ocasión también se dio derecho a la mujer de registrar el nacimiento de su hijo, casarse y divorciarse, además de optar a documentos legales de familia.
Las mujeres saudíes podrán ser guardianas de niños y niñas , generando una serie de cambios que han tomado fuerza en los 2 años últimos.
“El mundo se está enterando de que Arabia Saudita se está modernizando en cuanto a los derechos de la mujer. Pero la realidad es que si no existe un movimiento organizado por mujeres para resguardar estos derechos, ni un ambiente en el que las mujeres puedan exigir sus derechos de forma abierta y segura, no hay mucho espacio para seguir avanzando”.
—Hiba Zayadin, investigadora de la organización Human Rights Watch, en una columna de 2020—