Primero hagamos un ejercicio de relajación: respiremos lentamente por la nariz, inflando el diafragma, y luego exhalemos lentamente por la boca. Tranquilicémonos, pues esta es una historia de fantasmas bastante fuera de lo común, una de las más infartantes actividades paranormales de las que se tiene registro.
La historia corresponde a Kim Davidson y su amiga Jessie. Ellas se fueron junto a sus tres hijos a la laguna Murphy’s Hole (Australia) en 2015 en un día de paseo como cualquier otro. Kim era la madre de dos, Jessie de uno.
Se encontraban en una orilla, cuando Kim decidió poner la cámara sobre el trípode en la arena para sacar una fotografía de todo el grupo con el disparador automático. Tomaron posiciones rápidamente antes de que el contador llegara a su fin, y después Kim salió a la orilla para guardar la cámara en su funda.
Como su cámara era análoga, no pudo ver inmediatamente al “intruso” que se había colado en su fotografía.
Pero fue luego de que pasara la tarde y regresaran a casa que ocurriría lo inexplicable. Unos días después cuando Kim volvió de revelar las fotos de aquella tarde, no pudo evitar dar un grito de pánico al ver la imagen que se habían tomado en el agua.
Si iban sólo dos mujeres adultas y tres niños pequeños, ¿quién es la sexta persona que aparece al medio?
Estupefacta, la mujer no supo hacer nada más que publicar la foto en redes sociales para ver si alguien podía explicar lo que había ocurrido: podría haber sido un fenómeno lumínico o un reflejo, pero la respuesta que logró de los internautas fue mucho más perturbadora que eso.
Un siglo antes, en 1915, una pequeña de 13 años llamada Doreen O’Sullivan e ahogó justamente en aquella misma laguna, Murphy’s Hole.
El caso fue reportado en los medios a nivel nacional, pero nadie pensaba que luego de fallecida la pequeña niña seguiría rondando las aguas del lugar (y mucho menos que aparecería en felices foto familiares).