El tiempo pasa y ya son 104 años desde el trágico hundimiento del Titanic que sucedió la noche del 14 de abril de 1912. Fue el primer transatlántico en llevar a más de 2200 pasajeros a bordo. Cuando el barco se hundió, fallecieron 1523 personas y sólo se pudieron recuperar 300 cuerpos, de los cuales casi ninguno pudo ser identificado.
Después de cien años, el Titanic reposa a 600 kilómetros de la costa de Terranova, hundido a casi 4000 metros de profundidad en un lugar donde ni siquiera llega la luz del sol. Hoy en día se siguen haciendo muchas suposiciones y existen varias hipótesis sobre lo que realmente sucedió.
Existe un sin número de misterios sobre el tema, pero más allá de todo que rodean a este barco, no podemos negar que la tragedia del Titanic fue todo un suceso, incluso inspiró una película muy exitosa que logró entrar en el corazón de todo el mundo. Afortunadamente, hubo algunos sobrevivientes que pudieron contar su parte de la historia muchos años después, pero la última de ellos falleció hace pocos años y dio a conocer su último testimonio.
Su nombre es Millvina Dean y era la última sobreviviente del hundimiento del Titanic. Millvina era la pasajera más joven del barco, ya que tenía sólo 2 meses de edad. En ese momento, viajaba con su hermano mayor y sus papás, que habían abandonado sus vidas en Inglaterra para trasladarse a Kansas.
Millvina falleció a los 97 años en Hampshire, Inglaterra. Por supuesto no recordaba nada ya que era sólo un bebé cuando ocurrió el terrible accidente en el Atlántico. Esta mujer estuvo entre los 706 sobrevivientes del accidente que se convirtió en una tragedia imposible de olvidar. El padre de esta mujer falleció en el accidente y el resto de la familia tuvo que regresar a Inglaterra.
En 1980 el número de sobrevivientes era mínimo y la prensa centró su atención cada vez más en Dean, quien fue partícipe de varios eventos relacionados con el Titanic y también recibió muchísima información acerca de los nuevos descubrimientos que se fueron haciendo día a día al respecto.
En 2007, después de la muerte de otra de las sobrevivientes, Millvina Dean se convirtió en la última con vida. Sin embargo, esto no duraría mucho, ya que en poco tiempo la mujer se enfermó teniendo que costear un caro tratamiento médico. Finalmente falleció de neumonía el 31 de Mayo de 2009, a los 97 años de edad. Sus restos fueron arrojados desde el muelle de Southampton, donde vivió toda su vida y donde zarpó el Titanic. Sin embargo, sus palabras antes de morir quedaron grabadas para la eternidad.
“No vale la pena vivir la vida atemorizado por lo que sucederá mañana, de esa manera sólo conseguirás vivir asustado. Los planes a largo plazo no sirven de nada, excepto para trabajar sin parar y jamás poder disfrutar de lo logrado. No importa si tienes 25 ó 55 años, lo mejor que puedes hacer es dejar llevarte por la corriente, vivir de acuerdo a lo que va pasando, día por día ya que no sabes qué te espera el día de mañana. Las cosas no suceden siempre como se las cuentan pero la verdad siempre se sabrá y resultara reveladora para cambiar lo escrito sobre el Titanic”
La verdad es que todos podemos aprender un poco de esta sobreviviente y vivir la vida sin preocuparnos tanto por el futuro. Nunca sabemos cuando podría ser nuestro último día, es la única certeza de nuestra existencia, no existe otra.