A sus 36 años, Katy Perry se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida. Disfruta de la maternidad tras el nacimiento de su primogénita Daisy Dove, está muy enamorada de su prometido Orlando Bloom, y está muy contenta por el recibimiento de su nuevo disco.
Pero desde su parto que no había sido vista por las cámaras, aparte de un par de entrevistas y publicaciones en redes sociales. Eso hasta el domingo pasado, día de su cumpleaños, cuando salió a pasear junto a su querido perro Nugget por las calles de su barrio, ubicado en la ciudad norteamericana de Los Ángeles. El diario británico Daily Mail publicó algunas fotografías de la artista mientras caminaba por su vecindario con tranquilidad.
Uno pensaría que la cantante querría esconder su figura luego de dar a luz, pero se mostró sin dudar tal como estaba, con ropa cómoda (camiseta de manga larga y holgados pantalones deportivos), junto a sandalias y una gorra de Mickey Mouse. No podía estar más relajada.
Katy no parece ser pretenciosa con su cuerpo, y no tiene pudor de mostrar su cuerpo transformado post parto.