La inolvidable actriz mexicana Karyme Lozano ha sido el rostro de varios clásicos del género de las telenovelas, como “Confidente de Secundaria” (1996), “Tres Mujeres” (2000) o “Niña Amada Mía” (2003). Pero es con la producción “Pueblo chico, Infierno grande” (1997) con la que alcanzó mayor reconocimiento.
Su carrera parecía diluirse luego de esa época de grandes éxitos, y así hubiese sido si ella no hubiera tomado una extrema pero respetable decisión.
Todo comenzó en 2009, con el triste y sentido fallecimiento de su padre a causa de un terrible cáncer. Fue luego de la inesperada muerte de su progenitor que Karyme tomó una decisión radical que cambió su vida y la de todos los que la rodeaban.
“Prometí no volver a hacer ningún proyecto que ofenda ni a Dios, ni a la mujer, ni a los latinos”.
Aquella fue la promesa que hizo Karyme Lozano, quien luego de la muerte de su padre se volvió una devota seguidora de la religión católica. Sus convicciones la han llevado a alejarse de las pantallas, pero no porque no quiera actuar sino porque afirma que le ha sido difícil hallar proyectos de melodramas que no sean ofensivos para las promesas que le hizo a Dios.
Desde entonces su carrera artística no se ha detenido por completo, pero es verdad que le ha sido difícil encontrar papeles en telenovelas que cumplan con sus requisitos éticos. EN esta etapa de su vida, se la ha visto en producciones como “El talismán” (2012) y “Quiero Amarte” (2014).
Es admirable esa decisión de abandonar todo por lo que ella considera correcto y lo que será mejor para su vida. Karyme ha puesto su bienestar espiritual muy por encima del dinero y el reconocimiento.