A veces la vida nos entrega cosas buenas cuando menos lo esperamos. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida decía la canción de Rubén Blades. En este caso, nadie se ganó una millonada ni algo similar, sino que lograron un importante descubrimiento.
Varios amigos de Ezeiza (Argentina) fueron a pescar a un arroyo cercano a sus hogares, pero consiguieron algo bastante más grande que un pez: encontraron el caparazón de un gliptodonte, un extinto pariente del armadillo.
El caparazón de este animal tendría a lo menos unos 10 mil años de antiguedad, aunque algunos lo ubican desde hace millones de años. Aunque no es de los ejemplares más antiguos, sigue siendo bastante valioso.
El barrio entero de Spegazzini (Ezeiza, Buenos Aires) se sorprendió con este hallazgo arqueológico. Pero no es la primera vez que ocurre algo así: en 2015 ya habían hallado uno a solo kilómetros de distancia en el mismo arroyo.
Al comenzar a cavar se dieron cuenta de que había algo raro, y siguieron hasta desenterrarlo. Creían que era un huevo de dinosaurio, según le comentaron a los medios, pero al no tener certezas decidieron pedir ayuda.
Así, llamaron a otro amigo que transmitió en vivo el descubrimiento por sus redes sociales. Ahí comenzó el torbellino, pues se hizo viral y llegó a la televisión.
Los chicos cuentan que sabían hace tiempo del “huevo”, pero decidieron guardar el secreto hasta ahora porque sabían que podría ser valioso.
“Estábamos pescando y metimos la mano y estaba el hueco éste”, comentó a los medios Imanol Ojeda, uno de los chicos que halló el caparazón. “Lo venía escondiendo hace dos años y hoy se los mostré a los chicos”.
Al estar bebiendo agua del arroyo, el gliptodonte habría quedado en la posición en que lo encontraron. Los expertos aseguran que la extracción se completaría en 15 días como máximo, pues debe trabajarse con delicadeza para mantener su conservación.