Nunca lograremos entender a aquellas personas que anhelan tanto tener una mascota, pero cuando la tienen, notan que es demasiada responsabilidad cuidarla. Pensamos que no tienen corazón, pues son demasiado egoístas para preocuparse por alguien, ya que con ellos les basta.
Es precisamente lo que pasó con este perrito, que fue adoptado cuando era cachorro y es posible que lo hayan mimado durante un tiempo, pero cuando notaron lo travieso que era o necesitaba demasiado cuidado y atención, prefirieron botarlo a la calle.
Es así como lo dejaron viviendo fuera de la reja de su casa y jamás se dieron cuenta que había crecido, pero luego se acercaron a quitarle el collar que le habían puesto cuando era solo un cachorro. El problema es que a esas alturas el perro tenía una herida muy profunda en el cuello que no paraba de sangrar y que le causaba un dolor insoportable.
Nadie lo ayudaba en su padecimiento, él vivía en el más completo olvido. Por fortuna, un grupo de rescatistas supo de su historia y corrieron a buscarlo.
En el minuto en que el perrito los vio, les hizo saber que estaba totalmente feliz y aliviado de que por fin alguien llegara a ayudarlo.
Dado que la herida no se veía como algo superficial, los rescatistas prefirieron llevarlo al veterinario para que lo atendieran, y fue ahí cuando le cortaron el pequeño collar del cuello, curaron sus heridas por cuatro semanas y después cuando ya estaba más sano, le practicaron una cirugía para terminar de curar la zona.
En la actualidad, su herida está cerrada y se está recuperando de la mejor forma posible junto a otros perros del refugio, mientras espera que aparezca una familia que lo adopte y le dé un hogar.
Este es el vídeo de lo sucedido:
