Estamos seguros de que la mayoría de.nosotros ha pasado por una situación similar a ésta, aunque nos avergüence admitirlo. Vamos de viaje en el transporte público y nos vence el sueño. Como resultado, terminamos apoyando nuestra cabeza en el hombro de quien vaya al lado.
Da mucha vergüenza pasar por algo así, porque para la persona desconocida que se acaba de convertir en una almohada, la situación puede ser bastante incómoda e incluso se puede prestar para malentendidos.
Esa e sla razón por la que una joven decidió probar la paciencia de hombres surcoreanos en un tren, fingiendo que se quedaba dormida a medida que avanza el viaje. La joven se apoyaba sobre sus hombros al caer en el sueño.
Una de las primeras cosas que sacó como conclusión fue las mujeres sobre las cuales se apoyó, se marchaban de inmediato o se corrían para que la joven no pudiera dormir sobre sus hombros. Sin embargo, los hombres simplemente la dejaban apoyarse sobre ellos y podía dormir tranquilamente.
Ojalá todos fueran igual de solidarios que los hombres de este experimento.