La adopción ha sido muy importante para gente que se ha convertido en padre a través de ella, pero sobre todo para niños y niñas que han conseguido un hogar por esta vía.
Con tan solo 9 años, Loralie Henry ha pasado la mayor parte de su vida lejos de su madre biológica. Nacida en los Ángeles (Estados Unidos), desde los 4 años que vivió en un hogar de acogida, luego volvió con su mamá por un tiempo pero a los 6 años volvió al refugio.
Toda una injusticia para esta pequeña, que sólo quiere amor y una familia donde vivir y desarrollarse tranquila.
“También fue realmente aterrador. No sabía qué esperar en otros hogares o qué me darían de comer. Realmente no sabía qué hacer”, dice Loralie.
La niña no sabía lo que sería de ella tras tanta inestabilidad, hasta que su profesora Zoe Henry la conoció en la escuela y supo que ella le podía dar un hogar.
“Entró en mi clase y solo le eché un vistazo: sus pequeñas pecas, su pequeña marca de nacimiento. Voy a adoptar a esta niña. Ella es mi hija, en el momento en que la miré”, contó la profesora.
Zoe, eso sí, temía que otras personas tuvieran prioridad para adoptar a la niña antes que ella porque estaba soltera, pero por suerte no fue así. La pudo adoptar luego de mucho esforzarse para convencer a los trabajadores sociales de que lo permitieran.
“Recuerdo el momento en que estábamos sentadas junto al auto, ella me dijo, ‘Vas a venir conmigo’. Estaba tan sorprendida y feliz. Fue como un regalo temprano”, contó la niña.
Para Zoe, su hija es una niña “valiente y fuerte”. Ambas están muy felices de haberse encontrado porque viven una nueva etapa muy unidas. Y Loralie ha aprendido mucho de este amor que le han entregado.
“Ella quiere ser una madre adoptiva algún día y adoptar niños”, cuenta Zoe.