El fin de semana pasado no se habló de nada más que de la boda real y seguimos en lo mismo. La ceremonia que celebró la unión entre en Príncipe Henry y Meghan Markle pudo ser disfrutada en cada rincón del mundo, mientras millones sintonizaron en sus televisores.
Una gran cantidad de personas estuvieron atentas a lo que ocurría en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, sintonizando la boda a través de su televisor. Aunque el público intentó captar cada momento de la ceremonia, hubo algunas escenas que perdieron de vista.
Algunos no notaron que, por ejemplo, que el obispo Michael Curry pronunció su apasionado discurso desde la pantalla de un iPad. Sin embargo, ninguna de ellas se compara con la elaborada “broma” que el príncipe William decidió jugarle a su pequeño hermano durante uno de los momentos más importantes de su vida.
Según lo que declararon fuentes al interior de la fiesta a Mirror, Meghan y Harry se habían escabullido de la fiesta alrededor de la medianoche, “cansadísimos y muy enamorados”, momento en el que William desplegó su travieso plan.
Los invitados habrían quedado “impresionados” al ver al primogénito de Lady Di, atando una escalera al vehículo de su hermano.
Más allá de lo extraño de la broma de William, es tan tierno ver que los hermanos se llevan bien y están el uno para el otro durante los acontecimientos más importantes en sus vidas. Siempre se tendrán el uno al otro y ahora ambos están felizmente casados.