La tragedia que afectó a este jugador ocurrió el día el 8 de julio. Esa tarde el mundo del fútbol quedó devastado y peor aún la familia de Abdelhak “Appie” Nouri, la joya holandesa de tan sólo 20 años en ese entonces.
El futbolista jugaba un partido amistoso ante el Werder Bremen cuando se tiró al suelo y se desvaneció hasta quedar inconsciente. Después de 30 minutos de reanimación, ante la mirada acongojada de sus compañeros, el jugador fue trasladado en helicóptero hasta un centro médico, donde se le indujo el coma.
Lamentablemente, los minutos que el futbolista estuvo sin oxígeno fueron cruciales, lo que le produjo un daño cerebral “grave y permanente”.
Incluso habiendo sufrido ese terrible daño, y después de 13 meses en ese estado, Appie despertó. “Si lo comparo con antes, estamos mucho mejor en este momento. Su estado neurológico ha mejorado en los últimos meses”, dice Abderrahim Nouri, su hermano, en conversación con el diario local NOS. Su hermano fue quien hace más de un año protagonizó emocionantes escenas, cuando cientos de fanáticos estuvieron afuera de su domicilio, apoyando al juvenil.
“Lo pasó muy mal. Eso sí, a veces sale a sentarse en su silla de ruedas. Antes esto era muy difícil… ha sufrido muchos altibajos, pero desde diciembre o enero, más o menos, su conciencia es un poco mejor. Si le dices cosas como ‘abre la boca’ o ‘mueve la ceja’, lo hace”, comunica su hermano sobre la evolución de Nouri en los últimos meses. Desafortunadamente, no todo son buenas noticias:
“Físicamente hay un declive, porque prácticamente no se mueve. Está postrado en la cama y por él mismo no puede mover el cuerpo, sólo su cabeza” cuenta acongojado. En junio, la familia informó esta situación.“No podrá jamás vivir como antes ni trabajar, dependerá de cuidados”, dijeron apuntando al club holandés por no haber entregado “los cuidados apropiados tras desvanecerse en el campo en Austria”.
El Ajax, que siempre aseguró haber hecho lo mejor posible, ejecutó una investigación que arrojó negativos resultados para ellos: tardaron en usar el desfribilador, lo que habría hecho la diferencia. “Reconocemos nuestra responsabilidad por las consecuencias de esto”, afirmó Edwin Van der Sar, el mítico portero y hoy director general del club, en una conferencia de prensa.
“Durante mucho tiempo estuvimos convencidos de que Abdelhak había recibido la mejor atención posible en el campo”, confesó, sosteniendo que el jugador pudo “haber salido en mejores condiciones”. Es por esa razón que se comprometieron a ayudar a la familia.
La hinchada completa está en vilo y esperando que ocurra un milagro con este querido jugador.