Construyó Una Casa Con Sus Propias Manos Para Ella y Sus Dos Hijos Tras Su Divorcio

Pasar por un divorcio y ponerle un fin definitivo a un matrimonio, tiene un enorme costo emocional, sin dudas, pero esto es solo el comienzo de los problemas, pues tras un divorcio por lo general, son las mujeres las que terminan siendo las únicas responsables de cuidar a los hijos.

Claro, muchas veces todo eso queda estipulado al momento de divorciarse, al momento de discutir la custodia y los pagos de manutención, pero en algunos casos, esto puede ser también un gran problema, especialmente si es que una familia no cuenta con dos ingresos y…es más difícil aún, si es que ni si quiera tienen un hogar en el que vivir.

Eso mismo fue lo que le ocurrió a Charlotte Sapwell, una joven madre australiana de 27 años, tras la ruptura de  su matrimonio

 

Quizás muchos critican a las personas más jóvenes, pues estos no invierten nunca en tener una casa propia, pero actualmente, son tan costosas, que muchos ya dejan de intentarlo.

Tras su separación, Charlotte y sus dos hijos no tenían dónde vivir, y tampoco tenían dinero como para comprar una.

 

Es por esto, que el vez de pedir un crédito hipotecario de $400.000 dólares, que es un promedio de lo que cuestan las casas en donde vive, es que Charlotte decidió construir una pequeña casita de solo 6×3 en el patio trasero de su abuelo.

 

“Este espacio, fue creado por necesidad, tenía que proveer un techo sobre la cabeza de mis hijos y teníamos una antigua caseta en el sitio de mi abuelo, es por eso que decidí crear un hogar ahí” cuenta la madre.

El abuelo de Charlotte, es un maestro artesano, y como no tenía otra opción decidió aceptar la ayuda de su abuelo, pero la condición era que la mujer TENÍA que aprender a usar las herramientas para hacer su casa, con sus propias manos.

 

Gracias a la ayuda de su abuelo, Charlotte logró construir su hogar en solo 5 meses.

Ella admite, que nunca fue buena en carpintería, y nunca estuvo muy segura de llegar a ser capaz de construir algo en lo que pudiera vivir, pero lo logró de todos modos.

 

El costo total del proyecto, incluidas las herramientas y materiales, fue de $13.000 dólares. Una pequeña fracción de lo que le habría costado un crédito hipotecario.

 

Lo mejor de todo, es que ahora tiene un hermoso lugar en el que vivir, el orgullo de haberlo construido con sus propias manos y la posibilidad de concentrarse 100% en cuidar a sus pequeños hijos de 2 y 6 años.

 

Charlotte y sus hijos, adoran su nuevo pequeño hogar y piensan en usarla para siempre.

 

“Siempre viviremos en una casa pequeña, honestamente no me gustaría una tan grande. Mi objetivo es ahorrar lo que más pueda para comprar mi propio terreno y construir ahí otra casita pequeña, después de pagarla a mi abuelo”, comenta Charlotte.

Lo mejor, es que sus niños adoran su nuevo hogar y, a pesar de que a veces quieren un poco más de privacidad, los niños solo tienen 2 y 6, por lo que les adora tener a su mamá lo más cerca posible.

 

Es simplemente hermoso, ¿no crees?