Una mujer de 23 años probablemente está recién comenzando a trabajar para enfrentarse a su vida de adulto responsable y planteándose la posibilidad de tener un hijo, a futuro. Pero Rifca Stanescu tiene esa edad y no está pensando en hijos, sino que en nietos.
La hija de Rifca tiene 11 años, pero acaba de ser madre, aunque se le había advertido que esperara a ser más grande, por lo que Rifca se convirtió en la abuela más joven del mundo.
“Estoy feliz de ser abuela, pero deseé algo más para María, y algo más para mí”.
Rifca vive en la aldea Investi en Rumania, en 1985 son solo 11 años rebeló contra el matrimonio concretado que sus padres habrían preparado para ella y se escapó con Ionel Stanescu, un vendedor de joyas de 13 años.
Ambos se casaron y al poco tiempo, ella quedó embarazada de María.
“Quería casarme con él, así que acepté y, por supuesto, después de pasar la noche juntos, no había forma de que nadie pudiera separarnos. Me habían prometido a la familia de otro niño desde que tenía dos años, pero yo no quería eso “.
Según la tradición de la cultura de Rifca, las mujeres se casan muy jóvenes para asegurar su virginidad y así obtener un buen doto de las familias de sus maridos.
Y aunque Rifca quería que su hija fuera a la escuela y no fue madre tan joven, la pequeña decidió casarse y tener hijos, incluso más joven que su madre.
“No traté de impedir que mi hija se case porque esta es la tradición, es lo que sucede”.