La codicia de los seres humanos tiene en el límite de la extinción a muchas especies. Y es que los cazadores furtivos y comerciantes insisten en conseguir sus pieles, cuernos y otras partes de sus cuerpos para ganar dinero en el mercado ilegal de la vida silvestre sin ningún remordimiento. Y no sólo cuestan la vida de estos animales -que generalmente matan o dejan morir desangrados- sino que también hacen sufrir a sus familias.
Este pequeño bebé rinoceronte de apenas 8 meses ya conoce la pérdida de su madre y la angustia de quedar huérfano.
Los rinocerontes deben pasar al menos sus primeros tres años junto a su madre, amamantándose y creciendo junto a ella. Pero un grupo de cazadores furtivos apareció y asesinaron a su madre sin ningún tipo de piedad, para obtener sus cuernos.
Los cuernos de los rinocerontes son bastante apreciados en la medicina tradicional china, debido a que están compuestos de queratina, una proteína presente en las uñas humanas.
Por fortuna para el pequeño, unos guardabosques le encontraron y llamaron a un grupo de rescate que lo preparó para viajar a The Rhino Orphanage, en Sudáfrica.
Para evitar que se asustara o se estresara con el ruido del camión durante el viaje, le pusieron cuidadosamente vendas para los ojos y tapones para los oídos.
Pero cuando llegó, Davi -como fue nombrado- no estaba tranquilo: extrañaba a su madre y pasó llorando toda la noche:
“Sus llamadas a mamá se hicieron eco de manera profunda y urgente durante toda la noche, pero dos cuidadores han estado con él en cada paso del camino. Al menos él está en buena condición física y no tiene más lesiones que un corazón roto, lo cual estamos seguros será reparado por el amor y el cuidado de todos en nuestro equipo”, contó un miembro del equipo que rescató al rinoceronte.
Pero pronto el rinoceronte se pudo adaptar, aceptando el cariño de sus cuidadores, a quienes en un principio evitaba. Incluso evitaba beber de la leche que ellos le entregaban.
“Después de seis largos días de increíble paciencia, ternura, voces calmadas, a veces frustración y decepción, y el regreso de botellas de leche intactas… ¡Davi finalmente ha comenzado a beber de una botella! Esto hizo llorar lágrimas de alivio y alegría a nuestros cuidadores”, contó el equipo.
El pequeño ya ha comenzado a socializar y apoyarse en otros dos rinocerontes huérfanos, Lotti y Lolli, con quienes seguramente cultivará una amistad muy fuerte y duradera.
¡Mucho amor para Davi!