Si bien no está considerada una ciencia, muchas personas creen que la escritura manual es una forma de expresión de la personalidad y no algo arbitrario y sin sentido. Esa es la razón por la que la gente, a pesar de aprender el mismo idioma y recibir en la escuela las mismas clases, nociones y ejercicios de ortografía, terminan por personalizar su escritura hasta hacerla casi única. Tiene sentido.
Es muy difícil imitar la letra, el espaciado, disposición de las palabras o la inclinación de otra persona. Porque una cosa era copiar la firma de papá en las notas, y otra muy distinta escribir una carta a la profesora, ¿no es así?
Por esto, la grafología cree que se puede conocer rasgos de la personalidad de un individuo a través del estudio de su escritura manual. Y no sólo eso, sino también sus emociones y estados de ánimo.
Es cierto que si repasamos nuestra caligrafía en un diario o en distintas anotaciones y apuntes, podemos distinguir cómo el trazo de las letras se realizó con flojera por estar aburridos o de forma muy marcada a consecuencia de un enfado. Sin embargo, esta lectura es muy personal y por eso su admisión como prueba en los tribunales solo se limita a la identificación inequívoca de la autoría de un escrito y no a aspectos psicológicos del individuo.
Dicho esto y para que sirva de entretenimiento, aquí les dejamos esta curiosa lista de las principales pistas que usa la grafología para determinar el carácter del escritor y su estado emocional.
Según el tamaño de la letra
Letra grande: Extrovertido y sincero, disfrutas de la gente y de su atención. No obstante, estas personas también pueden estar construyéndose una fachada para tapar su falta de confianza.
Letra pequeña: Propia de las personas tímidas e introvertidas, pero también de aquellas meticulosas y con gran capacidad de concentración.
Letra mediana: Equilibrado y polivalente, con gran capacidad de adaptación.
Según el espacio de las palabras
Mucho espacio: Disfrutas y valoras tu libertad y por eso no te gustan los agobios o los lugares abarrotados.
Según la inclinación de las letras
Rectas, sin inclinar: No dejas que tus emociones te dominen, tiendes a ser lógico y práctico.
Inclinada a la derecha: Estás abierto a nuevas experiencias y te gusta conocer gente nueva.
Inclinada a la izquierda: Prefieres guardarte las cosas para ti mismo y te gusta pasar desapercibido. Si eres diestro e inclinas tu letra hacia la izquierda puede que estés expresando rebeldía.
Según la forma de las letras
Redondeadas: Creativo y artístico.
Puntiagudas: Agresivo, intenso, muy inteligente y curioso.
Según la anchura del trazo de la letra “l” y “e”
Vuelta estrecha letra “e”: Tiendes a ser escéptico con los demás y no sueles dejarte influenciar por otras personas.
Vuelta ancha letra “e”: Tu mente está abierta a nuevas experiencias.
Vuelta estrecha letra “l”: Te impones límites y puede que estas restricciones te lleven a experimentar sentimientos de tensión.
Vuelta ancha letra “l”: Eres relajado y espontáneo. Te expresas con facilidad.
Según la puntuación de la letra “i”
Muy arriba: Tienes una gran imaginación
Sobre la letra: Detallista, organizado y con gran empatía.
Desplazado hacía la izquierda: Con frecuencia dejas las tareas para más tarde.
Círculo: Eres infantil, pero también visionario.
Raya (parecido a tilde): Eres excesivamente autocrítico, impaciente con la ineptitud y la gente que no aprende de sus errores.
Según la raya de la letra “t”
Raya larga: Determinado en extremo y entusiasta. Sin embargo, en ocasiones puedes resultar obstinado y necesitar mucho tiempo para dejar las cosas pasar.
Raya corta: Eres perezoso y te falta determinación
Muy arriba: Ambicioso, optimista y con buen concepto de ti mismo.
En el medio: Confiado y seguro de ti mismo.
Según la letra “o”
Abierta: Hablador y sociable, expresas bien tus sentimientos y tienes pocos secretos.
Cerrada: Reservado e introvertido. No te gusta expresar tus sentimientos.
Según la rapidez de escritura
Escribir rápido: Impaciente. No te gusta perder el tiempo ni los retrasos.
Escribir despacio: Organizado y metódico.
Según la fuerza:
Fuerte presión: Serio y comprometido con tus intereses. Si la presión es excesiva muestra demasiada contrición y una mala reacción a las críticas.
Presión suave: Eres sensible y muestras empatía, pero también adoleces de falta de vitalidad.
La firma
La firma ilegible: Eres muy privado con tu intimidad, difícil de leer y de comprender.
La firma legible: Eres una persona agradable y confiada, te sientes bien contigo mismo y no pretendes parecerte a nada que no seas tú.