A pesar de medir sólo 1 ,52 metros, Simo Häyhä, un granjero finlandés fue un asesino en serie durante la Guerra de Invierno, entre Finlandia y la Unión Soviética, que duró desde 1939 a 1940. Según constan en los registros, este bajo hombre asesinó a 505 personas confirmadas sólo son su rifle francotirador.
Murió hace 15 años, cuando tenía 96 años de edad. La historia nos cuenta que participó en la independencia de los soviéticos y para ellos fueron 25.900 los finlandeses que murieron y 126.900 rusos.
Cuando comenzó la guerra, Häyhä se ganó su reputación por atacar a su enemigo a unos 270 metros de distancia. Debido a la cantidad de bajas de las que él fue responsable, fue apodado como “Muerte Blanca”. Se dice que en sólo un día logró 25 muertes. Una rasgo característico es que siempre limpiaba su arma para que funcionara a unos -20ºC.
Como es lógico, se vestía totalmente de blanco para evitar ser visto por el enemigo, porque los bosques estaban cubiertos de nieve.
Pero su suerte sólo duró 98 días, debido a que recibió un golpe en la mandíbula y, gracias a esto, estuvo una semana inconsciente en el hospital y al despertar su país firmó un tratado de paz con Moscú.
Corría el año 1998, cuando le preguntaron cómo había logrado ser tan buen tirador y el contestó “práctica”.
Además le preguntaron si se arrepentía de todas las vidas que había quitado y este contestó lo siguiente:
“Sólo hice mi deber y lo que se me dijo que hiciera, lo mejor que pude”.
La historia de esta persona es impresionante, pero sólo demuestra que sin importar las características físicas de la persona, si ésta se fija una meta por muy deplorable que sea, puede llegar a superarla con creces.