Algunas de las funciones del órgano más grande del cuerpo humano son ayudar al organismo a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. Hablamos del hígado que a menudo puede verse sobrecargado y ya que participa en una gran cantidad de funciones corporales, sus síntomas pueden ser tan variados como difíciles de descubrir. Ahora hemos preparado esta nota donde podrás leer algunos de ellos. Además de 3 maneras de aliviarlo de manera natural.
Síntomas de toxicidad hepática:
1. Fatiga (especialmente por las mañanas, como si no se hubiera dormido lo suficiente)
2. Problemas digestivos (hinchazón, gases, distensión abdominal, dolor abdominal, estreñimiento y diarrea, entre otros, que quizás se agravan con el consumo de dulces, alcohol o tabaco)
3. Dolor de cabeza
4. Dolores musculares
5. Mal aliento
6. Piel grasosa
7. Ansiedad o depresión
8. Desequilibrios hormonales
9. Transpiración excesiva
10. Aumento de peso sin explicación (independientemente de la dieta o el ejercicio)
Es difícil relacionar estos síntomas con un trastorno hepático; es por eso que te recomendamos asistir a una consulta médica para hablar con un profesional de la salud que despejará todas tus dudas al respecto. Mira cómo puedes mejorar tu estado de salud.
Consejos para aliviar el hígado sobrecargado
Con estos consejos podrás ayudar a mejorar el funcionamiento del hígado de manera natural, en caso de que se vuelva más lento o irregular y las toxinas estén quedando almacenadas en el cuerpo.
1. Alcachofa: Aunque no lo creas, las alcachofas contienen incluso un mayor potencial antioxidante que el ajo crudo o los espárragos. Protegen el hígado y aumentan la producción de bilis, muy importante para la digestión. Además, contribuyen a la reducción del colesterol LDL.
2. Cúrcuma: desinflama, protege al cuerpo contra daños al hígado e incluso ayuda a la regeneración de las células hepáticas afectadas.
3. Cardo de leche: Ayuda a proteger las células del hígado. Su componente activo, el siymarin, tiene propiedades anti-fibróticas, antivirales, antioxidantes y anti-inflamatorias.
Elige productos orgánicos, lleva una dieta equilibrada, bebe dos litros de agua por día, escoge grasas saludables como aceite de coco o de oliva o paltas. Elimina los azúcares y harinas refinadas de tu dieta.
Consume verduras de hoja verde, por su aporte de magnesio, ácido fólico, vitamina C y vitamina B. Límita o elimina el alcohol de tu vida y practica ejercicio.