Realizar actividades comunes y corrientes pueden resultar todo un reto para las personas autistas, no porque ellos estén mal, sino porque todo su mundo es distinto y muchas veces nosotros no lo respetamos y somos muy ignorante en el tema.
Franz Jakib es el propietario de una barbería en Quebec y se caracteriza por tratar a algunos clientes con necesidades especiales, uno de ellos es Wyatt Lafreniere, un niño autista de 7 años que va siempre a que le corten el pelo.
La mamá del pequeño conoció a Jakob sin saber que era barbero, conversaron y al saber del trastorno que padecía su hijo, le dijo que sin dudar lo llevara a su barbería, así inició su amistad.
Wyatt es un niño bastante inquieta y aunque Jakob parece un tipo rudo, su relación se basó en la comprensión y paciencia por parte del barbero. Así que cuando el niño se cansa de estar sentado en la silla, se queda en el suelo, ahí es cuando Jakob aplica toda su dedicación y paciencia porque se tira al suelo y sigue cortándole el pelo.
De esta forma el pequeño no se siente presionado de hacer algo que no desea, así que ni sus gritos ni sus lágrimas aparecen cuando este mago de la barbería hace toda su magia. La de Wyatt asegura que tanto Jakob como su hijo disfrutan del proceso.
Así es la increíble paciencia de este hombre:
Sin duda es un gran hombre y profesional, no solo por los resultados de su corte de pelo, sino por la empatía y la paciencia que tiene al dedicarse completamente a la necesidades que cada persona requiere.