Amamos la cultura japonesa y es que son tan eficientes y poseen una sabiduría extrema. Además desde pequeños aprenden a hacer las cosas diferente a nosotros. Ellos viven con una disciplina que tiene raíces milenarias. Para ellos el honor y la tradición no son algo que forja su identidad nacional, sino son cosas que los forma individualmente. Su educación no los prepara para aprender y repetir, sino para analizar y relacionarse unos a otros.
Sin ir más lejos, en Japón existe la técnica o costumbre del inemuri, que es la de quedarse dormido en cualquier parte. En los trenes de alta velocidad, los subterráneos en Tokio, en los camiones y hasta las oficinas encuentras muchos oficinistas japoneses durmiendo y es que su trabajo es tan demandante que el poco tiempo libre lo necesitan para recargar energía.
- Estudian después de aprender a vivir
En el colegio, los primeros años no están enfocados en que aprendan la mayor cantidad de información o datos. Todos sabemos que son años cruciales para la educación de un niño, pero la cultura japonesa piensa que lo que ahí hacen es formarlos como personas, esa es la razón por la que tienen un sentido humanitario distinto al del resto del mundo. Primero es la persona y después la academia. Digno de imitar.
2. Calendario escolar
El año escolar en Japón comienza el primero de abril para coincidir con la floración de Sakura y darle un sentido más espiritual a un nuevo ciclo. Tienen tres trimestres al año, los alumnos japoneses tienen seis semanas de vacaciones en verano y dos en invierno.
3. Hacen todo el trabajo de la escuela
Es algo que se conoce en todo el mundo porque contrasta con lo que ocurre en todos los demás países: los colegios de Japón no tienen personal de limpieza. Esto es algo que llama la atención ya que los alumnos se encargan del mantenimiento y limpieza de sus salones y pasillos. Un grupo de 15 niños puede limpiar bastante rápido y así aprenden poco a poco la importancia de respetar el espacio público.
4. Alimentación sana
A pesar de que los programas nutricionales se han puesto en marcha en muchos otros países, Japón lo ha llevado más lejos y entre chefs y médicos deciden el alimento de los colegios. También comen en su salón de clases junto a su profesor, reforzando los lazos entre ellos.
5. Estudian todo el día
Algunas personas podrían pensar que este, quizás, no es un aspecto muy positivo, pero sí que habla sobre la personalidad japonesa. Las clases privadas son algo común, pues la competencia siempre existe y aunque tienen un lado muy humanitario, también saben que deben sobresalir entre los demás, por eso es usual que sigan estudiando hasta mucho más tarde del final de su última clase en la escuela. Buscan la perfección.
6. Reciben educación artística
Tanto para ayudarlos a reforzar su conocimiento y habilidades, como para adentrarlos en el arte de su pueblo, a los niños se les enseña la caligrafía y la poesía japonesa. Los haikus son algo de todos los días para ellos y además de hacer bellas obras de arte, aprenden a conceptualizar las cosas.
La seriedad es algo muy relevante en el mundo laboral, por lo que desde que son educados, los jóvenes japoneses se ven obligados a usar uniforme, de esta forma los trajes de terno y corbata no serán un problema en el futuro. Sin embargo esto hace que su inconformidad ante la norma crezca, por lo que mientras el mundo corporativo vive un estado hermético de traje y uniforme, la moda japonesa explota por su diseño e innovación. Algo que tampoco es tan negativo.
8. Asistencia perfecta
Así como una botella de cloro no puede decir que elimina los gérmenes al 100 %, las instituciones no pueden decir que tienen un 100 % de asistencia, pero comparada con otros países, los niños japoneses prácticamente nunca faltan a clases.
9. Exámenes dolorosos
Este es otro de los puntos que desde occidente parecen muy cuestionables, aunque los japoneses aparentemente están acostumbrados. Muchos tienen dos y hasta tres oportunidades para hacer un examen de ingreso a la universidad, incluso existe uno por escuela, sin embargo en Japón todo se decide en un solo examen que pone a prueba todo lo que ha sido inculcado en los niños desde que nacieron. Esta es una de las épocas más estresantes de su vida.
10. La recompensa verdadera
La universidad para los japoneses es algo mucho más relajado que toda la educación que recibieron por años. Muchos aprovechan este tiempo para viajar y conocerse aún más a si mismos, así es como saben que cualquier decisión futura será la correcta. La verdad es que todos son hábitos dignos de imitar y basados en el buen sentido común.