Según estudios, al menos el 33% de los conductores experimenta una gran ansiedad frente al volante, y cuando el miedo aumenta exponencialmente y comienza a ser irracional provoca ataques denominados amaxofobia.
Aquellas personas que se consideran incapaces de conducir le tienen miedo al volante, a salirse de la vía y a ser incapaces de reaccionar frente al tráfico.
El estrés también es una de las razones que genera miedo al volante y muchas personas que tienen automóvil propio prefieren utilizar el transporte público sin una razón aparente.
Otra razón puede ser la de haber sufrido un accidente automovilístico que genera una crisis postraumática impidiendo estar nuevamente detrás del volante.
Consejos para enfrentar el miedo y la fobia
1. Distinguir hasta qué punto es un miedo incontrolabre, y cuándo es un miedo irracional sin ser capaces ni de frenar. Si se trata de una fobia es mejor acudir a un especialista.
2. Si no se tiene un aprendizaje total o poca destreza frente al volante probablemente esto sea lo que provoque la inseguridad. Lo importante es sentarse frente al volante y comenzar a practicar, así podremos estar más seguros de nuestra capacidad.
3. Evitar distracciones cuando estemos frente al volante, no conversar, escuchar música, revisar el teléfono o mirar por los espejos si no es necesario.
5. Es recomendable realizar recorridos cortos, para dominar bien un tramo y reconocer las características del trayecto para ir ganando más confianza.
6. No practiques con personas que solo te transmiten pensamientos negativos o inseguridad. Es mejor que no se suban contigo durante la práctica, prefiere otro tipo de personas.
Solo tú puedes aumentar la confianza en ti mismo, para eso debes trabajar y aumentar tu seguridad.