La actriz Anya Taylor-Joy no para de ascender y ya se ha convertido en uno de los rostros más reconocidos y premiados del último tiempo, trabajando con reputados equipos gracias a su innegable talento y profunda belleza. Pero, aunque muchos la encuentran hermosa, la única que no está de acuerdo es ella misma. Tanto así que ni siquiera le gusta mirarse en el espejo.
Es que, según confesó, no se siente cómoda mirando su reflejo porque cree que su cara es “rara”. Así lo comentó:
No me gusta nada mirarme al espejo, mi cara es rara. Pero hace mucho tiempo comprendí que preocuparme demasiado por mi aspecto no era bueno ni para mi salud mental ni para mi carrera. Si los demás me ven bella, mucho mejor
Además, en la entrevista Anya confesó que nunca se ha sentido bonita, y mucho menos suficiente para lograr papeles importantes.
Por ejemplo, cuando le dieron el rol de Emma en la adaptación cinematográfica del libro de Jane Austen, Taylor-Joy creía que ella no era la adecuada para ese trabajo y estuvo a punto de rechazarlo.
“Realmente tuve un ataque de pánico en ‘Emma’ porque pensé, ‘Soy la primera Emma fea y no puedo hacer esto'”, señaló.
Es obvio que todo el mundo opina lo contrario, y ella ya lo sabe así que asegura estar trabajando en mejorar su autoestima y tratando de batallar esos pensamientos sobre su apariencia física, que son especialmente traicioneros cuando estás en un ambiente como el hollywoodense.
Además, sabe que el verdadero valor de una persona va por dentro, especialmente en su talento.