Nunca sabrás que un pequeño e insignificante acto podría convertirse en algo poderoso para tu vida o para el resto.
Así le ocurrió a Joyce Rhinehart quien se encontraba comprando helados para ella y su nieto luego de asistir a las clases de tenis del pequeño cuando vio a una familia disfrutando del día con el delicioso postre.
Sin darse cuenta, se acercó y les preguntó si podía tomarles una foto. Ellos le dijeron que si.
Posterior a eso, la mujer publicó lo siguiente en su cuenta de Facebook:
“Le tomé una foto a una familia y le pasé mi teléfono a la hija mayor de ellos para que se la mandara vía mensaje a su propio celular”.
A los pocos días, Joyce quedó sorprendida cuando recibió un mensaje de texto de un número desconocido. Al leerlo le dio escalofríos por todo su cuerpo.
Decía:
“Estimada señora, usted fue la persona que nos tomó una foto frente a la heladería Rita’s el 8 de junio. Quería contarle que mi esposa falleció ayer y esa es la última imagen que tenemos juntos como familia. Quería agradecerle profundamente su amabilidad, significa mucho para mí. Gracias desde el fondo de mi corazón”.
Joyce mantuvo contacto con la familia y se enteró que la esposa había estado enferma durante un año.
Al final escribió esto:
“Jamás subestimes un simple acto de bondad. No conozco a esta familia pero los llevo en mi corazón. Obtuvieron un gran regalo gracias gracias al pequeño acto que seguí por instinto. ¡Aún estoy asombrada!”.
Ya lo sabes, nunca nos deja de sorprender historias como éstas. ¡Compártela!