Muchas teorías involucran que civilizaciones más avanzadas, es decir extraterrestres han visitado la Tierra o incluso hay quienes dicen que aún se encuentran entre nosotros. Dentro de estas la teoría de los antiguos astronautas es muy atractiva.
Así se genera un explicación de que las antiguas civilizaciones de egipcios y sumerios tuvieron contacto con inteligencia extraterrestre en nuestro planeta.
Según la teoría de los antiguos astronautas, esta explicaría que a raíz del contacto con vida extraterrestre es que la humanidad conoció las matemáticas, la astronomía y la arquitectura lo que permitió construir pirámides, desarrollar la agricultura y la urbanización.
Incluso hay quienes afirman que las religiones politeístas se han en la experiencia con estos seres.
Pero la teoría de los antiguos astronautas tiene algunos contrasentidos e interpretaciones forzadas que escapan de la arqueología. Además hay explicaciones más sencilla que carecen de la presencia extraterrestre.
Inconsistencia en teorías de antiguos astronautas
Esta teoría se nutre de mitología de as culturas antiguas, sus obras de arte, sus grabados y otros objetos que podrían probar la presencia extraterrestre.
la hipótesis llegó a Carl Sagan en los 60, un hombre alucinado con la vida extraterrestre pero defensor de la ciencia sobre el sensacionalismo y las pseudociencias.
Él pasó algunos meses investigando la teoría de los antiguos astronautas y publicó un libro en coautoría en el año 1966.
Tras analizar las evidencias científicas, Sagan dijo “ninguno de los supuestos indicios proporcionaba pruebas mínimamente convincentes de un eventual contacto extraterrestre”.
El autor de Contact de 1985 explicó que “pese a las numerosas pretensiones relativas a la existencia de antiguos astronautas y objetos volantes no identificados, no existe actualmente ninguna prueba contundente de visitas realizadas a la Tierra en el pasado por otras civilizaciones” luego de estudiar mitos, leyendas y arqueología del folklore de las antiguas civilizaciones.
La teoría se sustenta en las grandes obras de ingeniería como las pirámides de Giza o el observatorio de Chichén Itzá que según se dice no pudo construirse con la tecnología humana.
Pero muchos creen que el ingenio y la creatividad humana alcanzaba para realizar estas obras sin incidencia extraterrestre.
En el ‘El Cerebro de Broca’ (1979) Sagan concluyó que “en todos los casos analizados existen explicaciones alternativas mucho más plausibles y que se fundamentan siempre en habilidades y comportamientos humanos”.
Lo cierto es que no existe evidencia científica que sustente la teoría de los antiguos astronautas.