El dicho es que un año de perro equivalen a 7 años humanos, porque nuestros amigos peludos envejecen mucho más rápido que nosotros. De todas formas, la esperanza de vida y el ritmo de envejecimiento dependen de la raza y el tamaño del perro: los grandes evejecen antes que los pequeños. Por regla general, los adorables y pequeños cachorritos se convertirán en una joven máquina de morder zapatos en un año.
Cuando cumplen 3 años, los perritos ya son adultos, maduros sexualmente y con su mejor condición física. Habrá aprendido modales también, lo que le entregará un alivio a nuestro calzado.
Desde los 7 años llegan sus primeras canas, pierden un poco de brillo en los ojos y se comienzan a volver viejitos. Esto significa que debemos visitar al veterinario al menos 2 veces al año. En su primera década ya será todo un abuelito, con los mismos problemas que cualquier humano de 70 años: movilidad reducida, degeneración auditiva, dolor de huesos, etcétera. Es signo de que la despedida se viene acercando.
Pero el final de un camino también puede ser el comienza de una gran historia. Eso es “Old Faithful”, una serie de fotografías muy poderosas realizadas a varios perros ancianos. Son retratos íntimos y conmovedores.
Pete Throne, el autor de las imágenes, descubrió que fotografiar a los perritos ancianos genera poderosos retratos, igual que cuando vemos imágenes de nuestros ciudadanos más veteranos.
De esta forma, cuando miramos las fotografías entendemos que al final de sus vidas, tanto personas y animales tienen algo especial. Sus rostros están llenos de historias.
Algunas veces, sus envejecidos rostros cuentan la historia de una vida plagada de altibajos, y resulta conmovedor e inquietante mirar sus apagados ojitos.
Han sido cerca de 50 amigos caninos jubilados los que han pasado por el objetivo de Thorne, pero pronto serán muchos más porque es un proyecto que no se ha detenido. Sigue su trabajo en su página oficial.