Una de las actividades más tradicionales y sociales al rededor de todo el mundo es la pesca. Esta actividad la comparten padres e hijos de todo el orbe. No sólo porque sentarse en el bote con el padre es la oportunidad perfecta para conversar todos esos asuntos que nadie se atrevería en casa, sino porque el cerebro masculino ama la idea de la caza y la pesca.
Sin embargo, algunos padres llevan a sus hijos a pescar siendo quizás ellos todavía muy pequeños. Normalmente el resultado de estas incursiones a la naturaleza son rotundos fracasos en los que todos se ríen y nadie pesca o caza nada.
Al menos ese parecía ser el destino de la excursión de pesca que estás a punto de ver en vídeo. Los indicios son claros, incluso la caña de pescar del niño es de juguete, sin embargo, pese a que tiene todo en su contra, el pequeño se las ingenia para sorprender a su padre y a todos y sacar un pescado enorme.
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