Todos los padres se preocupan de la educación de sus hijos, sean de la realeza o no. Por esta razón, algunos príncipes decidieron que sus hijos tienen que aprender a relacionarse con la gente que no pertenece solo a su clase social.
Este es el caso de Federico y Mary de Dinamarca, quienes eligieron la escuela pública para sus hijos porque saben que no podrán aprender todo lo necesario para los cargos públicos que ocuparán en el futuro si aprenden todo en internados o en casa.
No obstante, esta no es la primera pareja real en tomar esta clase de decisiones. Por ejemplo el rey Guillermo y su esposa Máxima de Holanda ya tenía tiempo atrás en colegios públicos. Asimismo, Ingrid Alexandra, la heredera de Noruega, comenzará en otoño su aprendizaje en el colegio de Uranienborg (Oslo).
Ellos saben que el mundo ha cambiado y nadie se quiere quedar con el trono, por lo que la diplomacia que puedan aprender en estas experiencias serán claves mientras solucionan sus propios problemas.
Aquellos antiguos internados a los que iban las familias reales los volvía personajes tímidos, llenos de frustraciones y poco empáticos. La idea es que la nueva generación no tenga que pasar por ello.
Pero padres como los de la monarquía de Mónaco son de corriente más clásica, pues internaron a sus hijos en La Petite Ecole, institución elititsta que sigue la filosofía Montessori.
Aquella metodología consiste en que los niños escojan las materias que son de su interés, para que con estas decisiones se puedan enfocar más en ser los mejores en su área.
Es fundamental el estímulo en esta clase de educación, por lo que príncipes como Victoria y Daniel de Suecia han apostado por ella para sus herederos.
La clave es que siempre haga cosas que los haga felices y les facilite relacionarse con el resto de las personas. Antes se pensaba que todo debía ser estricto, pero hoy se ha evolucionado.
Los reyes se preocupan mucho de su labor de padres y la educación de sus hijos pues, igual que nosotros, sólo les están preparando para el mundo real.