El amor no conoce de especies ni de ascendencias, en especial cuando se trata del amor maternal. Es el caso de esta gata, que piensa que este ratón blanco gigante es su hija, y está dispuesta a protegerla de cualquiera que le pueda hacer daño.
Es muy tierno ver cómo el perro quiere jugar con la rata, pero la gatita ve esto como un peligro para su indefenso bebé, y lo acurruca en sus brazos para darle calor y protección.
La gata brinca de un lado a otro para “defender” a la rata de su amigo perruno. Lo aleja entre rasguños y mordiscos y, aunque el perro ladra e intenta controlarla, esta madre simplemente es imposible de derribar.
Así es como dichos del tipo “pelean como el gato y el ratón” se vuelven obsoletos.
El trío de animales vive en la misma casa y, aunque el perro puede ser rudo al jugar, todos se quieren y se cuidan mutuamente. Viven con respeto y amor, algo que deberíamos desarrollar más los humanos para hacer de este un mejor planetas.
Lo mejor de este video es que pasa lo que nunca pensamos: Tom adopta a Jerry y le da todo el amor que siempre mereció.