El cambio climático es un problema que sólo los humanos podemos solucionar, pero no existe la voluntad política ni económica para tomar las acciones necesarias para prevenir la catástrofe ambiental que ocurrirá en unos años.
Ya que las empresas y los estados (especialmente aquellos más contaminantes como Estados Unidos) no harán nada por frenar esta hecatombre, existen ideas bastante radicales que sí podrían ayudar a parar esta situación: una de ellas es no tener más hijos.
Una investigación publicada en la revista Enviromental Research Letters, que fue realizada por Seth Wynes y Kimberly Nicholas, aseguraba que no tener hijos reduciría la huella de carbono del planeta.
El estudio propone 4 acciones a nivel ciudadano que podemos realizar para contribuir a reducir la contaminación: no utilizar el auto, no realizar viajes transatláticos, llevar una dieta vegetariana, y por último -y la más significativa del lote- sería tener un solo hijo o, mejor aún, no tener ninguno.
No tener hijos reduce casi 57 toneladas de dióxido de carbono al año, comparativamente reduciendo casi lo mismo que si más de 650 adolescentes reciclaran por el resto de sus vidas.
En el estudio además recomiendan reciclar y evitar los productos cuya producción y uso genera más alto impacto en el daño planetario.