La veinteañera Sharista Giles se encontraba embarazada en diciembre de 2014. Tenía 5 meses de gestación. Un día cuando volvía a su casa después de un concierto, un terrible accidente vehicular cambió su vida y la de su futuro hijo para siempre.
La joven terminó con graves lesiones y daño cerebral, hospitalizada y en estado de coma. Los médicos dudaban de su recuperación completa, pero eso no quitaba que Sharista y su bebé en gestación continuaban vivos. La familia sólo confiaba en la fortaleza de ella para salir adelante.
Al mes siguiente, los médicos decidieron traer al mundo a un bebé con apenas 6 meses de gestación. El pequeño necesitó cuidados intensivos neonatales para poder sobrevivir fuera del vientre materno, pero pronto salió adelante y comenzó a desarrollarse como un niño normal.
La recuperación de la joven madre fue bastante lenta, aunque día a día avanzaba por el camino correcto. La presencia de su pequeño Leighton la reconfortaba y le daba ánimos. Siempre que su bebé la visitaba, ella se acercaba más a su recuperación.
Pero en mayo de 2018, luego de luchar más de tres años por recuperarse, Sharista falleció debido a un paro cardíaco resultante de lo traumatizado que quedó su cuerpo luego del accidente automovolístico.
Esta valiente joven dejó una gran huella en la vida de su familia, además de una lección de por vida muy poderosa. Aunque su pequeño hijo crecerá sin su madre, podrá portar el recuerdo de la valerosa mujer que le regaló la vida.