La verdad es que no es novedad que un animal que haya perdido a su madre busque calor y cobijo en otro animal, al que termina viendo como figura materna por algún tiempo. Lo que sí es extraño es ver casos de animales que perdieron a sus madres y se aferran a otro animal, de otra especie completamente distinta, para suplir lo que representa para ellos una madre. Y ese es precisamente la historia de este par de animales que son tan diferentes como el agua y el aceite.
Uno de los protagonistas de la tierna historia se llama Mongi, un mono que vive en Corea del Sur junto a Ttoltolee, un cerdo a quien trata como si fuera su madre.
Mongi pasa su día en el lomo de Ttoltolee, pasean por la granja en la que ambos viven sin separarse nunca el uno del otro y sus cuidadores aseguran que es Mongi quien siempre está a la siga de Ttoltolee.
El monito se ha convertido en todo un experto trepador de cerdos, todo para lograr aferrarse al lomo de Ttoltolee incluso cuando éste corre por la granja huyendo de sus cuidadores .
Si Mongi se despierta y Ttoltolee no está junto a él, se desespera intensamente buscando por todos lados a quien considera su mamá, porque como cualquier otro niño, simplemente no puede estar tranquilo sin el cerdo a su lado.
Nunca dejará de sorprendernos que los animales no discriminen por especie ni apariencia, sobre todo cuando hay alguien que necesita de ellos.
Acá dejamos el video que relata su historia en un reportaje del canal coreano SBS TV:
Al terminar el video, no podemos saber si Mongi encontró nuevamente a Ttoltolee, y no es que sus cuidadores busquen separarlos, es solo que en ocasiones el cerdo necesita volver a su hábitat. De todas formas, Mongi siempre lo encuentra y juntos vuelven a escaparse para pasear por la granja.