Todos los días aparece una nueva forma de verse como lo que algunos denominan una “mejor” versión del ser humano. Las empresas suelen vendernos lo que consideran que deberíamos usar para alcanzar la belleza máxima, lo que termina haciendo que nos sometamos a cirugías plásticas costosas y que muchas veces alteran nuestro cuerpo de forma irreversible.
En algunos países asiáticos, un nuevo reto se ha vuelto viral: el Fish Into Collarbone Challenge consiste en insertarse un pequeño pez en la clavícula.
Este reto se originó en China, pero pronto llegó a occidente, donde la idea ha sido mostrar cuán delgado eras ¿tan delgado como para que un pez pueda vivir en el pequeño agujero que se forma entre esos huesos?
Al comienzo la idea era ver cuántas monedas te cabían en ese espacio, pero pronto el reto se deformó hasta lo que es hoy.
La clavícula siempre ha sido asociada a la delgadez: mientras más se vea, más delgada es la persona. Pero este nuevo reto lleva las cosas a un extremo grotesco y preocupante.
Desafíos como estos sólo incentivan la búsqueda de una delgadez extrema, muchas veces imposible para distintos cuerpos y que puede tener resultados fatales: desde trastornos alimenticios hasta la misma muerte.