Todo ocurrió a plena luz del día en una ciudad de México, cuando un auto familiar se estaciona en la calle. A su lado otro auto negro avanza muy lento hacia él y dos hombres salen de un edificio acercándose al auto recién estacionado en donde hay una mujer que espera en el asiento del piloto.
Uno de los hombres intenta abrir la puerta y el otro golpea agresivamente el vidrio del copiloto, pero se les complica abrir el auto. Entonces uno de ellos se acerca al costado del piloto y el auto negro se mueve detrás del auto para que no pueda moverse y arrancar.
Logran romper la puerta del copiloto, pero no contaban con que un jeep negro se acercara por detrás. El auto negro comienza a moverse y el hombre que está en el lado del piloto camina hacia él tranquilo, esperando que su compañero haga el resto del trabajo.
Pero el jeep negro tomó acción y se abalanzó sobre el criminal, quedando atrapado entre el auto atacado y el jeep, sin poder agredir a su víctima.
El otro hombre saca una pistola y apunta al conductor del vehículo, pero este pisa el acelerador del vehículo y presiona aún más al criminal, quedando con la pierna completamente atrapada entre los vehículos.
El conductor del jeep era el padre de la chica que fue atacada en su auto, por lo que tomó todo ese riesgo por una razón más que justificada.
Quizás algunos piensan que el padre haya sobrerreaccionado al ponerse a sí mismo y a su hija en peligro, pero claramente él solo pensó en salvar su vida y evitar un posible secuestro o algo peor.
En México, siete mujeres son asesinadas cada día y esta cifra solo comenzó a ser un tema desde 1993, cuando los casos comenzaron a denunciarse públicamente, en un acto de impotencia contra el ministerio público, entidad que no se hacía responsable. Pasaron 20 años para que las investigaciones comenzaran a tomarse en serio y se añadieran términos como el feminicidio.
Sin embargo hay una larga lista de mujeres que son secuestradas pero jamás son encontradas, por lo tanto son personas que desaparecen y por lo que la ley no hace nada al respecto.
Hay cerca de 100 mil secuestros cada año en México, según un estudio basado en encuestas de hogar en 2014, pero menos del 1% formalizan las denuncias para dar búsqueda a las personas perdidas bajo los síntomas de crimen. Según algunas personas, los policías podrías tener participación en estos casos.