Los abrazos, desde el punto de vista científico, provocan la liberación de “oxitocina”, la hormona de la felicidad, haciéndote sentir bien y liberado el estrés.
Con cada abrazo, un área específica del cerebro recibe un estímulo para reducir la presión arterial, por lo tanto también mejora la función cardiaca.
A nivel emocional, la sensación de un abrazo es muy fuerte. Más aún si provienen de tu papá.
Cuando recibimos un abrazo de nuestro padre entramos en una zona segura, nos escapamos de los temores y llegamos a un lugar cómodo en el que quisiéramos estar siempre.
Un abrazo representa la confianza que puedes obtener de tu padre, que puedes contar con él a pesar de todo lo malo y que está allí para consolarte.
El abrazo todo lo sana y remedia.
Estar entre sus brazos te recuerda que siempre estará contigo para consolarte y darte lo mejor de él.
Este simple gesto representa todo a la vez, amor, empatía, consuelo, compañía y mucho más.
No importa la edad que tengas, porque los abrazos de tu papá siempre te darán toda la fuerza que necesitas para afrontar la vida.
Papá también estuvo ahí desde el primer día, al lado de tu madre, queriéndote, abrazándote, protegiéndote.
Quiérelo y demuéstrale todo tu cariño y apoyo con un abrazo.