Era un lunes por la tarde tranquilo como cualquier otro en la cafetería Tim Hortons de Langey (Columbia Británica, Canadá). De pronto, una mujer llega al local pidiendo usar el baño. El trabajador de turno le negó la petición, y entonces la situación se salió de control.
Por algunos segundos, la mujer empieza a discutir acaloradamente con el empleado, hasta que tomó una radical (y asquerosa) decisión: se bajó los pantalones para defecar en la mitad de la cafetería.
Pero no fue lo único que hizo.
Luego de vaciar sus intestinos frente a todos los clientes y trabajadores, tomó sus excrementos y se los lanzó al empleado.
Luego, con los pantalones abajo, toma unas servilletas para limpiarse las manos. luego tomó unas cuantas más y escapó del local.
Estas perturbadoras imágenes fueron registradas por las cámaras de seguridad del local, y luego se filtraron en YouTube y LiveLeak. Aunque fueron eliminadas, ya era demasiado tarde: las personas siguieron replicando la grabación en las redes sociales.
Y si te estás preguntando acaso algo así en verdad sucedió o fue todo un montaje: la policía canadiense confirmó el suceso, e informó que la mujer fue arrestada y salió en libertad unas horas más tarde.
Mientras, la cafetería Tim Hortons emitió un comunicado explicando que poseen una “política de acceso restringido para los baños para garantizar el bienestar de nuestros huéspedes”. Pero está claro que no todos la conocen o respetan.