Existen muchas actividades que parecen ser una obligación al momento de viajar al sudeste asiático , como por ejemplo montar un elefante o fotografiar a un mono. Sin embargo, en un nuevo informe, se ha demostrado que docenas de elefantes usados para paseos turísticos en los lugares más prominentes de la India sufren de ceguera y otras enfermedades severas y que las condiciones en las que se les mantiene son deplorables.
Según informes encargados por el Consejo de Bienestar Animal de la India, aproximadamente 19 elefantes, que se usan como transporte para visitantes del famoso fuerte Amber en Rayastán, están parcial o completamente ciegos, mientras que otros 9 sufren de tuberculosis. Al rededor de 102 elefantes examinados por PETA sufrían algún tipo de problema de salud o de estrés psicológico.
El fuerte Amber está ubicado en la cima de una colina y muchas personas prefieren ir en las espaldas de un elefante que caminando. El Consejo de Bienestar Animal proclamó que los elefantes cautivos no se encontraban en el estado óptimo para este tipo”paseos”.
“Sorprendentes informes de elefantes ciegos e infectados de tuberculosis forzados a llevar en sus espaldas cargas pesadas incluyendo personas de manera ilegal día a día. Estos paseos deben parar” expresó Nikunj Sharma, miembro de PETA en India. Según consta en los mismos informes, los dueños de los elefantes los sobrecargan más allá de los límites de seguridad con peso extra.
Como si todo eso fuera poco, además se estableció que los cuernos de 47 de los animales estaban desaparecidos, lo cual levanta las sospechas de que también están siendo vendidos en el mercado ilegal del marfil. Los elefantes que son de propiedad privada están registrados en el gobierno.
Más de 100 elefantes fueron inscritos con las autoridades en 2017; sin embargo, hubo más importación de estos animales debido a la gran demanda turística, sin prestar la mínima atención a su bienestar y salud.
Queremos ser enfáticos: dar paseos en el lomo de un elefante es maltrato y crueldad animal. Más aún, si también se le obliga a cargar pesos excesivos adicionales al de las personas y se les mantiene en condiciones pobres de salud. Esta práctica debe parar de inmediato. Pero mientras esperamos que las autoridades pertinentes detengan el maltrato, hay algo que podemos hacer: difundir para que ningún turista vuelva a pagar por estos crueles paseos en elefante.
Por supuesto que sin tener plena consciencia de ello, hemos sido los seres humanos quienes hemos permitido que el comercio que rodea a un animal “exótico” perdure durante el tiempo y que cada día sean más y más los animales que son destinados a la entretención del ser humano.