Tener malos hábitos alimenticios, en general, tiene diversas consecuencias para la buena salud, pero una de las más graves de las cuales se tiene conocimiento es el cáncer colorrectal, el cual afecta cada vez a más jóvenes, según afirma Francisco Freytia, director de la Fundación Fomento de Desarrollo Teresa de Jesús.
La fundación está especializada en brindar apoyo y asesoría médica a pacientes que padezcan cáncer de colon y recto. Su director resaltó que alrededor del 45% de los pacientes que atiende en la actualidad tienen entre 20 y 50 años, es decir, que la enfermedad se está volviendo común entre la población joven.
En este sentido, también añadió que la situación es altamente preocupante porque hasta hace apenas 4 años la enfermedad era predominante en personas que superasen los 50 años de edad.
Entre los elementos que influyen en el desarrollo de esta enfermedad se encuentran el consumo de tabaco, alcohol, alimentos procesados y altamente grasos, así como la ausencia de actividad física. Asimismo, muchos de los jóvenes diagnosticados se tratan l enfermedad, pero, pasado cierto tiempo, recaen en ella por no seguir a cabalidad las indicaciones médicas.
“Los pacientes más grandes, de 50 años o más tienen índices más altos de sobreviviri porque están más pendientes de su tratamiento en los años subsecuentes y cuidan su dieta. Los jóvenes frecuentemente regresan a los dos años nuevamente con la enfermedad y es más complicado curarlos”.
De igual modo, el director de la fundación lamentó que alrededor del 70% de los pacientes que trata cuya etapa de la enfermedad ya está avanzada, llega a ese nivel porque tanto ellos mismo como los médicos confunden los síntomas en primera instancia.
Las personas que padezcan este tipo de cáncer pueden experimentar algunos de los diversos síntomas, aunque no deben darse por sentado, pues pueden ser indicativos de alguna infección que no necesariamente sea cáncer. Sin embargo, entre los síntomas predominantes se encuentran:
- Cambio en los hábitos intestinales
- Diarrea, estreñimiento o sensación de que los intestinos no se vacían completamente
- Sangre muy oscura o roja intensa presente en la materia fecal
- Materia fecal menos gruesa o más líquida de lo normal
- Molestias en el abdomen, incluidos dolores frecuentes por gases, hinchazón, sensación de saciedad y cólicos
- Pérdida de peso sin razón aparente
- Cansancio o fatiga constantes
- Anemia por deficiencia de hierro sin razón aparente, es decir, baja cantidad de glóbulos rojos
En caso de presentar indicios similares, es fundamental evitar la automedicación y buscar la asesoría médica especializada cuanto antes.