África está en vilo debido a un explosivo brote de Fiebre de Lassa, que ya ha cobrado 17 vidas (2 del total de víctimas eran trabajadores sanitarios), cuenta con 4 casos más de personas enfermas y otros 52 posibles infectados.
La fiebre de Lassa es causada por el virus Lassa, y es una fiebre hemorrágica que es endémica de los animales roedores que habitan en algunas zonas del África Occidental. Se transmite a los humanos mediante el contacto con Mastomys Natalensis u objetos domésticos contaminados por los excrementos de Mastomys Natalensis.
Puede transmitirse incluso en entornos de laboratorio, especialmente en hospitales donde no se cuidan todas las medidas de control de la infección, especialmente a través del contacto directo con sangre u otros líquidos corporales de los pacientes.
Debe su nombre a su primera aparición, ocurrida en Lassa (Nigeria).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de letalidad global es del 1%, pero puede llegar incluso al 15% en pacientes hospitalizados. Alrededor del 80% de las personas infectadas por el virus son asintomáticas, y el 25% de los pacientes que sobreviven a la enfermedad presentan sordera (sólo en la mitad de estos casos la audición se recupera parcialmente en los siguientes 1 a 3 meses).