La contaminación ambiental es un problema de salud mundial que en el caso de la Unión Europea causa 400.000 muertes al año. Los niveles de polución en más de 130 ciudades europeas superan los límites establecidos. Alemania es uno de los países obligados por la Comisión Europea a enfrentar el problema en sus ciudades y como primera respuesta, surge la propuesta de que el transporte público sea gratuito.
Las mediciones oficiales revelan que los residentes en las ciudades alemanas respiran cantidades peligrosas de dióxido de nitrógeno. La causa es el temido diésel, más concretamente el dióxido de nitrógeno (NO2), un gas que irrita las vías respiratorias y que se produce principalmente de los tubos de escape de los vehículos.
El plan presentado por el jefe de gabinete de Merkel, Peter Altemeier y la ministra de Medio Ambiente a la Comisión Europea consiste en una fase previa de implantación del transporte público gratuito en cinco ciudades (Bonn, Essen, Mannheim, Reutlingen y Herrenberg) antes de que termine 2018. Si los resultados son positivos, se irá ampliando a otras ciudades hasta llegar a las principales del país como Múnich, Hannover, Colonia o la capital, Berlín.
Hay todavía algunas dudas sobre la efectividad del proyecto por parte de la Asociación que gestiona el transporte público alemán. El principal problema reside en cómo compensar la recaudación que se obtiene del transporte público sin poner en riesgo la economía. Por poner un ejemplo, Hamburgo genera 830 millones anuales en venta de pasajes. Y además, evaluar cómo encarar el aumento de servicios y personal necesarios para enfrentar la demanda de los nuevos usuarios que dejen el coche, por el transporte público.
Entre otras medidas, el proyecto contempla la reducción de la circulación de coches en el centro de la ciudad, promover la electromovilidad, restringir el volumen de taxis y fomentar compartir los coches. Para el tráfico de mercancías pesadas debería establecer “zonas de baja emisión”.
“Estamos listos para dar ese paso”, confirmó el artes en Berlín el vocero de Gobierno alemán, Steffen Seibert, durante una comparecencia rutinaria ante los medios.
Entre aliviados y preocupaos, representantes de los administradores regionales y locales han tomado la palabra para exigir una mayor concretación. “El estado central debe decir cómo pretende financiar esto”, indicó en declaraciones a dpa Michael Ebling, alcalde de la ciudad de Maguncia y presidente de las empresas minucipales (VKU en sus siglas en alemán). “El transporte público gratuito es una idea visionaria que necesita varias pruebas para ver si funciona. No se puede implementar en el corto plazo“, agregó.