Este viernes una mujer dio a conocer una divertida denuncia a través de las redes sociales que, luego de una horas, se volvió viral. Pam Dave Zaring, de Misuri, Estados Unidos, publicó en cuenta de Facebook una indignante situación: pagó por una sesión fotográfica familiar y los resultados no fueron los esperados.
Dave esperaba tener el primer compilado de imágenes profesionales, para lo que desembolsaron 250 dólares. La fotógrafa asistió al lugar acordado y tomó las fotografía, aunque quejándose por al luminosidad del lugar escogido.
Meses más tarde, envió las fotografías a la familia. Ahí vino todo el problema.
“No es una broma. Le pagamos 250 dólares por una sesión de fotos familiar a una fotógrafa que afirmaba ser una profesional. Ella dijo que las sombras eran realmente un problema aquel día hermoso, despejado y soleado, y que su profesor nunca le enseñó a retocar las fotos”.
Según se defendió la profesional, su profesor no le había enseñado a retocar las imágenes, por lo que quedaron así. Los niños, confundidos, aseguraron que parecían “legos”.
“¡No me he reído tanto en años!” , aseguró la madre de la familia en la publicación, que ya alcanza más de 380 mil compartidos y cientos de comentarios.
La madre volvió a comentar la publicación y afirmó que “¡Valió la pena el dinero que gastamos por el humor que recibimos! ¡Espero que hayan reído tanto como nosotros!”.
“Muy divertido”, “¿en qué estaba pensando la fotógrafa?” y “esto es una locura”, son algunas de las reacciones que recibió.