Hace más de 200 años llegó una plaga de ratas a la isla Pinzón de las Islas Galápagos, lo que redujo diversas especies nativas de la isla. Tras un proceso de descontaminación, la dirección del Parque Nacional Galápagos confirmó que luego de más de un siglo, han vuelto a nacer en estado natural una camada de las emblemáticas tortugas gigantes originarias de este ecosistema.
El Parque Nacional Galápagos abarca unos 7.995,4 km2, un 97% del área terrestre de las islas Galápagos consideradas por expertos y científicos como el archipiélago volcánico mejor conservado del mundo.
Hace doscientos años, se cree que con los primeros navegantes (piratas, balleneros) que arribaron al archipiélago en 1800, llegó a la isla Pinzón, de 1.789 hectáreas, la rata negra, que disminuyó de forma dramática las poblaciones de tortugas gigantes, palomas de Galápagos, lagartijas y culebras.
Durante años no pudieron nacer en el sector, de forma natural, las tortugas gigantes que el científico naturalista Charles Darwin divisó en la isla, ya que los roedores se comían sus huevos. Fue así que en 1965, el Parque Nacional Galápagos inició su programa de crianza y cautiverio con las únicas veinte tortugas que sobrevivían. Desde entonces repatriaron 837 ejemplares de cinco años de edad, cuando habían alcanzado un tamaño suficientemente grande para que las ratas no se las pudieran comer.
La invasión de las ratas se estaba tornando en un problema que ponía en riesgo la supervivencia de este ecosistema. Po eso, ante la población “muy alta” de ratas negras que afectaban a especies nativas y endémicas, en diciembre de 2012, tras cinco años de estudios sobre toxicidad, los expertos dispersaron desde un helicóptero un veneno por toda la isla.
Según explicó a Efe Danny Rueda, director de Ecosistemas de la dirección del Parque Nacional Galápagos, los estudios previos alertaron de un riesgo medio/alto para el gavilán de Pinzón que, al ser carroñero, podía comerse las ratas muertas.
Para resolver el problema, los expertos capturaron a los doce gavilanes que encontraron, para mantenerlos durante tres años, en la vecina isla Santa Cruz. Junto a los 12 gavilanes de Pinzón se capturó a otros 41, que habían legado desde otros lugares y a los que mantuvieron en esa misma isla hasta su liberación.
Fue en 2015 cuando los cuidadores del Parque identificaron el primer nacimiento natural de tortugas gigantes en la isla, un hito que se repitió en el año que recién finaliza. En dos años de monitoreo tras esparcir el veneno, no encontraron ratas en Pinzón y en 2014 la declararon “libre de roedores”.
La mejora ha sido evidente, hay palomas terrestres, lagartijas de lava y culebras de Galápagos, cuenta al relatar que recientemente, por primera vez en ocho años de investigación, un científico logró capturar en Pinzón 25 culebras y ver alrededor de 50, lo cual no había ocurrido “nunca”, dice.