Te vas temprano a la cama, duermes tus ocho horas correspondientes, pero al otro día continúas realmente cansado. Esto a menudo se relaciona con el estrés y los apuros cotidianos, pero a veces las razones detrás de este cansancio matinal son bastante distintas.
Mira si haces alguna de estas cosas, pues en una de ellas puede estar la razón que te impide dormir y descansar normalmente.
#1 No tienes una rutina diaria establecida
Los ritmos circadianos o relojes biológicos son los que manejan nuestra vida, alternando entre períodos de mínima y máxima actividad. Al irse a la cama en distintas horas todos los días, rompemos estos ciclos establecidos, lo que nos puede traer somnolencia y fatiga. por ello, vale bastante la pena acostumbrarse a ir a la cama todos los días a la misma hora.
#2 Fin de semana en la cama
Si en tus días laborales sueles dormir de 5 a 6 horas, y los fines de semanas pasas el doble de tiempo en tu cama, estás alterando tus ritmos biológicos. junto con trastornos en el sueño, esto provoca un mayor riesgo de aparición de diabetes tipo 2, de obesidad y de enfermedades cardiovasculares. Para evitarlo, intenta levantarte el fin de semana usando un despertador.
#3 Siempre pospones tu alarma
#4 Tu habitación no es tan oscura como debería
Cuando nuestra retina percibe luz, se ralentiza la producción de melatonina, la hormona que regula los ritmos cardíacos, lo que puede llevar a sufrir ciertos trastornos del sueño. Este efecto sucede no sólo con la luz natural, sino también con la parpadeante luz de la televisión encendida o con la luz led del teléfono. Por lo tanto, todos los equipos electrónicos que estén en tu dormitorio deben estar apagados.
#5 Te saltas el desayuno
El desayuno ayuda a “ejecutar” tu reloj biológico, que entonces comienza a contar el tiempo hasta el que debería ser tu siguiente momento de descanso. pero si entre que despiertas y la primera comida del día pasa demasiado tiempo, el cuerpo aumenta sus niveles de cortisol, la hormona del estrés.
#6 Comes carbohidratos y azúcares por la noche
Comer por la noche no sólo perjudica tu figura, sino también tu descanso. Especialmente si comes productos con un alto índice glicémico o que aumenten los niveles de cortisol en tu cuerpo. Esto es un efecto que persiste durante cinco horas, por lo tanto debes intentar renunciar a la pizza, al pan dulce y a las patatas cinco horas antes de dormir y reemplazarlos por algo más ligero. Carne baja en grasa, yogur o fruta servirán.
#7 Tu habitación está hecha un desastre
Los estudios indican que, básicamente, el desorden es un recordatorio de las cosas que no has logrado terminar y de todo lo que no has podido limpiar durante el día. Por el contrario, una habitación ordenada y una cama con buen olor y las sábanas frescas son un incentivo para dormir más temprano y mejor. Así que ya lo sabes: para dormir bien, ordena regularmente tu dormitorio.
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